– Posados

Después de la ceremonia, llega uno de los momentos más especiales del día: el posado de los novios. Es un pequeño paréntesis dentro de la celebración, una pausa para detener el tiempo y crear recuerdos íntimos en pareja. Siempre busco que esta parte sea natural, rápida y cómoda, sin alejarse demasiado del lugar donde se celebra la boda para no interrumpir el ritmo del día.

Dependiendo del horario y la luz, elijo junto a los novios una localización cercana —una playa tranquila, un camino entre sabinas o un acantilado con vistas al mar— donde la pareja pueda disfrutar de unos minutos de calma y conexión.
Mi forma de trabajar se basa en la espontaneidad y en la observación: no busco poses forzadas, sino gestos reales, miradas y momentos que surgen con naturalidad.

Aquí es donde ser fotógrafo local en Formentera marca la diferencia. Conozco cada rincón de la isla, sus luces, sus sombras y la forma en que cambia el paisaje según la hora del día o las condiciones del clima. Esa experiencia me permite improvisar con precisión, sugerir el lugar perfecto o el punto exacto dentro de una localización para aprovechar al máximo la luz y el entorno.

Trabajo en Formentera durante todo el año, y eso me permite tener acceso a lugares únicos y secretos, escenarios que se convierten en el telón de fondo ideal para unas fotos románticas, naturales y con alma.
El resultado son imágenes que transmiten calma, belleza y verdad: el reflejo más íntimo de dos personas que acaban de darse el “sí, quiero” en uno de los lugares más mágicos del Mediterráneo.